Observaciones desde la mesa: Notas de un miembro del Equipo de Negociación Monetaria de YG

Jon Deline Ser la voz de las esperanzas y expectativas de más de 4000 personas conlleva retos y consecuencias.

En otoño de 2021 me eligieron para formar parte del equipo principal de negociación de YG, dispuesta a asumir el reto de negociar un contrato con el Gobierno de Yukón. Aunque fue un honor ser seleccionada por mis compañeros para desempeñar ese importante papel, mi decisión de aceptar supuso una mayor visibilidad en el lugar de trabajo y en la comunidad.


En una comunidad tan pequeña como la nuestra, ese nivel de visibilidad puede servir para hacernos vulnerables. Si en tu lista de "cosas por hacer" está la de reventar el ego, te recomiendo que formes parte de un equipo de negociación. Si se aborda la experiencia con atención, fomentando una disposición elegante y algo distante, la exposición al propio proceso será sin duda humillante y transformadora.

 

La negociación a través de la pandemia y el colapso simultáneo del ya tenue control de nuestra sociedad sobre el bienestar emocional añadieron otra capa de matices. Las expresiones de decepción, miedo y desdén de los miembros por la política en juego fueron apasionadas, crudas y profundamente impactantes emocionalmente para mí y para otros miembros del equipo. Muchos trabajadores nos han expresado su ansiedad, dolor y rabia, sintiendo que no se les reconocía o apoyaba significativamente en su trabajo incluso antes de la pandemia, y muchos sintieron que el empleador les había fallado en lo peor de la crisis.

 

Aunque el COVID ha tenido muchas repercusiones, ha alimentado notablemente la fatiga, ha aumentado la división y ha reforzado cierto grado de separación entre las personas. Esto es evidente en la disminución de la participación en las reuniones del Local y en el decreciente interés por asumir funciones sindicales voluntarias. No es de extrañar que el resultado sea un sentimiento de frustración ante un proceso de negociación que muchos consideran distante y opaco.

 

Durante más de 18 meses, hemos trabajado de forma deliberada y consciente para dar respuestas compasivas a nuestros compañeros, gestionar discretamente información privilegiada, hacer malabarismos con nuestras propias preocupaciones sobre nuestra eficacia y, al mismo tiempo, luchar por los afiliados. La complejidad de esta función nos ha obligado a recurrir a una resistencia interior que a veces nos ha parecido escasa.

Trabajar como miembro del Equipo de Negociación del sindicato en esta época tumultuosa ha dejado una impresión fuerte y duradera en mi propio sentido de dónde me veo como activista eficaz. Cualquier duda que pudiera haber tenido sobre la urgencia de luchar por los derechos de los trabajadores ha quedado sublimada. Mi participación ha renovado mi compromiso de actuar deliberadamente, con amabilidad y compasión, para promover los principios del movimiento obrero solidario.


Si tiene la oportunidad de formar parte del Equipo de Negociación de su sindicato, le animo a que afronte el reto y se comprometa plenamente. Mi asiento en primera fila ante las tácticas desinteresadas, invalidantes y a veces repugnantemente desafectas de nuestro empleador durante estas negociaciones en curso ha servido para galvanizar mi compromiso tanto con el movimiento obrero como con mis compañeros del sindicato.

 

En solidaridad,
Jon Deline, Local Y017
(Jon desempeña actualmente un mandato en YEU)

 

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